Los Mercenarios 5 (2025)
June 21, 2025
Crítica de la película: Los Mercenarios 5 (2025)
★ ★ ★ ☆ ☆
Tras una década de caos explosivo y camaradería cargada de testosterona, Los Mercenarios 5 regresa a la pantalla con más balas, más bromas y algunos momentos emotivos sorprendentes.

En esta ocasión, Barney Ross (Sylvester Stallone) asume el papel de mentor, guiando a regañadientes a una joven generación de mercenarios, liderada por un arrogante ex agente de operaciones especiales, interpretado por Glen Powell. Cuando un artefacto nuclear rebelde cae en manos de un caudillo en Europa del Este, la antigua tripulación se reúne para una última misión, junto con el regreso de figuras emblemáticas como Jason Statham, Dolph Lundgren y Randy Couture. Megan Fox también regresa, más curtida en la batalla y cautivadora que nunca, mientras que 50 Cent ofrece algunas frases ingeniosas sorprendentemente buenas.

Las secuencias de acción son, como era de esperar, exageradas, en el buen sentido. Desde la fuga de una prisión en Siberia hasta una persecución a toda velocidad en tanques por las calles de Budapest, el director Scott Waugh no escatima en fuegos artificiales. El combate cuerpo a cuerpo, especialmente entre Statham y un brutal villano interpretado por Michael Jai White, es contundente y satisfactorio.

La novedad en esta ocasión es un toque de legado. Stallone, claramente pasando la posta, tiene momentos de reflexión, incluso insinuando arrepentimiento por una vida dedicada al derramamiento de sangre. No es cine profundo, pero es un bienvenido guiño a un personaje en una franquicia construida sobre el recuento de cadáveres.

Dicho esto, la película adolece de ser excesiva. Demasiados personajes, poco tiempo. Algunos nuevos miembros del equipo son olvidables, y el ritmo flaquea a mitad de camino. Pero los fans no buscan complejidad argumental; buscan armas, agallas y seriedad. Y en ese aspecto, Los Mercenarios 5 cumple a la perfección.

Una aventura conmovedora y nostálgica para los fans de toda la vida. Eso sí, no esperen nada demasiado prescindible… emocionalmente.
Veredicto: Ven por el legado, quédate por la masacre.